En un nuevo episodio de esta alarmante saga, el Ejército de Israel ha confirmado la interceptación de un misil lanzado desde Yemen. Este es ya el tercero en tan solo 24 horas, y las alertas aéreas han sonado fuerte en Tel Aviv y sus alrededores. Mientras tanto, los rebeldes hutíes, que han intensificado sus ataques contra Israel como respuesta a la ofensiva en Gaza, aún no se han manifestado sobre este último ataque.
Un clima de incertidumbre
El comunicado del Ejército israelí no deja lugar a dudas: «Tras las alertas activadas en varias zonas del país, hemos interceptado un misil procedente de Yemen». Las notificaciones llegaron a movilizar a muchos residentes, pero afortunadamente no hay informes sobre víctimas o daños hasta ahora.
Ayer mismo, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) habían logrado destruir dos misiles que también venían de los hutíes. El portavoz del grupo, Yahya Sari, se pronunció en su cuenta de Telegram, reclamando los ataques y subrayando que estaban dirigidos al aeropuerto Ben Gurión. “Ante lo que está ocurriendo en Gaza y los crímenes del enemigo contra nuestro pueblo oprimido, nuestras Fuerzas Armadas están aumentando sus capacidades para ampliar nuestras operaciones”, afirmó con determinación.
Este ciclo parece no tener fin. Desde que las tropas israelíes rompieron el alto el fuego pactado con Hamás el pasado 18 de marzo y reanudaron su ofensiva contra Gaza tras los ataques del 7 de octubre de 2023, la situación ha ido empeorando. Cada día trae consigo nuevas amenazas y una constante sensación de inestabilidad que todos sentimos en el aire.