Era finales de enero de 1982 cuando la calma de Manacor se vio sacudida por una noticia aterradora. María M.C., una mujer de 60 años muy querida en el pueblo, apareció flotando en un estanque junto a una caseta. Pero lo que parecía ser un accidente se tornó en un macabro misterio; la autopsia reveló que no había sido un ahogamiento accidental, sino un brutal asesinato.
El oscuro secreto tras la desaparición
El cuerpo sin vida fue encontrado en una finca a solo dos kilómetros del pueblo, y quien lo descubrió fue su hermanastro, Lorenzo. Nadie podía entender qué había pasado, porque María era conocida por su amabilidad y no tenía enemigos. La Policía Nacional tomó las riendas de la investigación y pronto se dio cuenta de que María llevaba dos días desaparecida. Algo no encajaba, y las miradas empezaron a dirigirse hacia el círculo más cercano a ella.
Lorenzo M.D., con 47 años a sus espaldas, había cambiado drásticamente después de un accidente de tráfico que le afectó mucho más allá de lo físico. Desde entonces, el alcohol se convirtió en su compañero constante; bebía sin parar, y eso le había vuelto irritable. Algunos testigos confesaron temerosos que Lorenzo había amenazado a su hermanastra repetidamente: “Un día te mataré”, decían entre susurros.
A medida que avanzaba la investigación, los investigadores notaron algo raro en Lorenzo cuando supo sobre la desaparición de María: salió corriendo con una lamparilla buscando respuestas y volvió llorando para contar que la habían encontrado muerta en el estanque. Pero aquí hay algo inquietante: el estanque estaba bastante lejos. ¿Cómo sabía exactamente dónde buscar?
Las piezas del rompecabezas comenzaban a encajar. La policía empezó a buscar el arma homicida, un cuchillo que coincidía con uno desaparecido del comedor de Lorenzo. Era el mismo utilizado semanas atrás durante las ‘matançes’ del pueblo. Además, poco antes del asesinato, él había tenido un ataque de furia contra su esposa debido al alcohol.
Finalmente, todas estas pruebas llevaron a que el juez decidiera acusar formalmente a Lorenzo por el crimen del estanque. Al parecer, abatido por las acusaciones y sin poder defenderse adecuadamente ante los medios, se encontraba atrapado en una pesadilla personal.
Casi 42 años después seguimos preguntándonos qué llevó a este hermano aparentemente cariñoso a convertirse en un monstruo capaz de quitarle la vida a alguien tan querido como María. Un misterio oscuro que persiste entre los habitantes de Manacor.