Todo ocurrió un lunes por la tarde, cuando una pequeña de solo dos años llegó a urgencias del hospital Son Espases. Sus padres, visiblemente angustiados, la llevaron al PAC Martí Serra del Pont d’Inca porque su hija no respondía. Nadie podía imaginar que ese momento se transformaría en una pesadilla.
Según la autopsia, la niña sufrió un paro cardíaco, un desenlace súbito y devastador que dejó a todos sin palabras. Los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil han tomado cartas en el asunto y han enviado muestras al laboratorio de Barcelona para esclarecer qué pudo haber pasado. Mientras tanto, los padres enfrentan una realidad desgarradora: habían recuperado hace poco tiempo la patria potestad y ahora se encuentran sumidos en el dolor.
Días de angustia y lucha
Esa fatídica tarde, alrededor de las siete menos cuarto, el tiempo se detuvo para esta familia. La Policía Local de Marratxí y la Guardia Civil no dudaron en activar una alerta verde, escoltando a toda prisa la ambulancia hasta el hospital. A pesar de los esfuerzos titánicos del equipo médico para reanimar a la pequeña, su vida se apagó sin que nadie pudiera hacer nada.
Este trágico evento nos recuerda lo frágil que puede ser todo. Una vida llena de sueños truncada en un abrir y cerrar de ojos. Todos estamos conmocionados por esta pérdida tan brutal; es imposible no sentir empatía hacia esos padres que ahora deben afrontar este vacío indescriptible.