La noche del pasado viernes, la Playa de Palma fue escenario de un arresto que nadie esperaba. La Policía Nacional, a través del Grupo de Crimen Organizado, logró dar caza a una mujer rumana que llevaba tiempo fugada y que en su país había sido condenada a 17 años de prisión por un secuestro que terminó en tragedia.
Una búsqueda incansable
Con 46 años y una vida marcada por decisiones fatídicas, esta mujer estaba bajo el radar desde hacía bastante tiempo. Se sabía que se encontraba en Mallorca, pero ocultarse no le resultó fácil a pesar de usar diferentes identidades. Los agentes habían estado tras su pista durante años, con una Orden de Búsqueda y Detención sobre sus hombros. Todo cambió cuando lograron localizarla en un local de la playa cerca de la medianoche.
Al ser abordada por los policías, la fugitiva aseguró no tener documentos, lo cual levantó aún más sospechas. Fue llevada a la Jefatura donde se confirmó su identidad y se procedió a su arresto. En cuestión de horas, ya estaba tras las rejas esperando el proceso para su extradición.
El motivo detrás de su condena es escalofriante: intentó obligar a alguien a firmar un contrato para vender una vivienda mediante el secuestro. La víctima padeció tanto estrés y precariedad durante ese cruel episodio que no sobrevivió mucho tiempo después en el hospital. Ahora, esta historia nos recuerda las sombras que pueden acechar incluso en lugares tan soleados como Mallorca.