La tormenta perfecta está golpeando a Spotify. Mientras el gigante del streaming se enfrenta a pérdidas económicas de 86 millones de euros en su segundo trimestre de 2025, un grupo creciente de artistas ha decidido alzar la voz y boicotear la plataforma. ¿El motivo? La inversión del CEO Daniel Ek en una empresa que desarrolla drones de combate. Todo esto sucede cuando el propio informe trimestral muestra que, a pesar de un aumento del 11% en usuarios activos, las cuentas no cuadran.
Un grito desde el mundo musical
Las alarmas han sonado nuevamente tras el escándalo Sónar-KKR, y ahora es Spotify quien se encuentra en medio del fuego cruzado. Artistas como King Gizzard & The Lizard Wizard y Café Tacuba han decidido romper con esta plataforma, desatando una ola de críticas ante su vinculación con la industria armamentística. Todo comenzó cuando Ek decidió inyectar más de 600 millones de euros en Helsing, una startup alemana que trabaja con tecnología militar basada en inteligencia artificial.
“Estamos tratando de presionar a estos tecnócratas”, dijeron los miembros de King Gizzard al anunciar su retirada completa del catálogo de Spotify. “¡Que se joda Spotify!” fue su contundente mensaje mientras sus álbumes empezaban a desaparecer por completo. Y no fueron los únicos: Rubén Albarrán, cantante de Café Tacuba, también dejó claro su descontento, argumentando que este dinero podría ser utilizado para acciones bélicas contra personas inocentes.
Xiu Xiu no se quedó atrás y tildó a Spotify como un “agujero de basura” lleno de violencia. Así, cada vez más voces se unen para cuestionar cómo es posible que las plataformas musicales gasten dinero obtenido gracias a los músicos en fines tan oscuros.
En medio de todo esto, Spotify continúa luchando por mantenerse a flote ante unos resultados financieros adversos. Aunque suscriptores y cifras comerciales parecen crecer, las preocupaciones sobre sus inversiones generan más dudas que certezas entre aquellos que hacen posible su éxito: los artistas.