En un claro mensaje a la comunidad internacional, la jueza Tomoko Akane, presidenta del Tribunal Penal Internacional (TPI), no se ha cortado al hablar sobre las “medidas coercitivas” y “amenazas” que han lanzado Estados Unidos y Rusia. Este lunes, durante su intervención en Madrid, dejó claro que el tribunal con sede en La Haya no se dejará intimidar.
Akane recordó cómo el año pasado ya había advertido sobre los peligros que acechan a esta institución vital para la justicia global. “Prometí que nunca nos rendiríamos ante el sabotaje o la violencia”, afirmó con determinación. Y es que, en su opinión, estas acciones buscan socavar tanto la existencia como la reputación del TPI.
A pesar de las amenazas, el compromiso sigue firme
La presidenta subrayó que “nuestra lealtad se limita exclusivamente al Estatuto de Roma y al Derecho Internacional”. Con esto, no solo defiende el trabajo del tribunal, sino también a todos sus miembros, quienes han sufrido las consecuencias de sanciones impuestas por Estados Unidos. ¿Cómo es posible que funcionarios sean tratados como terroristas? Esto ha afectado gravemente sus vidas personales y profesionales.
Y mientras tanto, las órdenes de arresto emitidas por Rusia contra varios jueces del TPI añaden más presión. “Hasta donde sabemos, estos juicios se llevan a cabo en ausencia de los acusados”, lamentó Akane. Una situación insostenible que pone en peligro incluso la seguridad personal de quienes forman parte del tribunal.
No obstante, Akane reafirmó que el TPI sigue siendo independiente e imparcial: “Hemos tomado medidas para mitigar el impacto” de estas sanciones sin entrar en detalles para proteger su eficacia. También agradeció a aquellos estados que siguen apoyando la labor del tribunal e instó a otros a sumarse a esta causa tan necesaria.
A medida que avanza este periodo de sesiones en La Haya, Akane destacó lo importante que es mantener un frente unido ante estos ataques. La ONG Human Rights Watch también hizo un llamado a los países miembros para defender con firmeza al TPI frente a cualquier agresión externa.
El futuro del tribunal puede estar lleno de desafíos; sin embargo, lo cierto es que tanto sus integrantes como su presidenta están dispuestos a seguir luchando por una justicia internacional sólida y efectiva.

