La tranquilidad de Valldemossa se vio alterada cuando, en plena luz del día, cuatro hombres de nacionalidad argelina decidieron intentar okupar una casa en la calle Padre Castañeda. Con edades que oscilan entre los 18 y 30 años, estos jóvenes no pensaron dos veces en forzar la entrada, dejando a todos boquiabiertos.
Un vecino atento a lo que sucedía no dudó en avisar a la Policía Local, quien llegó rauda al lugar para poner fin a la situación. La escena era tensa: los hombres habían reventado la puerta principal sin contemplaciones. Pero más allá del escándalo, lo que inquieta es el trasfondo de esta acción; según las autoridades, su intención no era robar nada, sino literalmente ‘okupar’ el espacio vacío. Un fenómeno que ya empieza a ser común y que genera muchas dudas sobre cómo se están gestionando nuestros recursos y propiedades.
Una historia con antecedentes
Uno de los arrestados ya tenía un historial complicado con la justicia; pesaba sobre él una requisitoria de arresto por otro delito. Esto deja claro que no son casos aislados, sino parte de una problemática más amplia que requiere atención. Al final del día, estos cuatro hombres fueron llevados a comisaría bajo la mirada atenta de los vecinos y con muchas preguntas flotando en el aire sobre lo que está ocurriendo realmente en nuestra comunidad.

