Dicen que el tiempo vuela cuando te diviertes, pero en Lío Mallorca, no solo vuela, ¡se lanza en picado! Este mes celebramos su segundo aniversario y, para ser sinceros, ha sido un viaje alucinante por el Paseo Marítimo de Palma. Desde que este concepto nacido en Ibiza hizo su aparición hace dos años, se convirtió rápidamente en el epicentro de una experiencia sensorial única.
Un lugar donde la rutina no tiene cabida
Cuando Lío aterrizó aquí, muchos no imaginaban que se transformaría en un referente donde la gastronomía se fusiona con el espectáculo. Cada noche, unas 200 personas se sumergen en un festín donde cada plato es una sorpresa y cada actuación te deja sin aliento. El chef Andreu Genestra está a cargo de los fogones, creando magia con ingredientes locales que hacen vibrar el paladar. De hecho, más del 70% del menú es igual en todos los Líos del mundo, pero ese 30% restante cambia con cada temporada como si fuera un vestuario para los bailarines.
La esencia de Lío es su carácter viajero; con raíces profundas en Ibiza y alas extendidas hacia Mykonos y Londres. En Mallorca han encontrado un hogar perfecto para reinventarse y encantar tanto a los locales como a quienes visitan la isla buscando algo diferente.
Este año el espectáculo lleva por título Back to the Future, una travesía musical que nos transporta de década en década. Las coreografías abarcan desde lo más vintage hasta lo futurista, con un elenco que no conoce límites ni fronteras. La dirección artística corre a cargo de Jesús García Gallera, quien ha aportado su visión creativa a shows memorables.
Aquí también brillan figuras como Adam Ainouz, cuyo saxofón ha conquistado escenarios internacionales; o Blanca, una joven promesa valenciana llena de talento. Pero no podemos olvidar a nuestra capitana del baile, Olga Moral Moyano, cuya precisión convierte cada movimiento en arte puro.
A medida que avanza la noche y llega las 23:30, Lío se transforma mágicamente: las mesas desaparecen y comienza la fiesta con DJs que mantienen viva la energía hasta altas horas de la madrugada. La experiencia nunca termina; simplemente se reinventa.
Días después de celebrar sus dos años, sigue demostrando que Mallorca puede ser un faro de glamour y entretenimiento. Una mezcla exquisita de sabores y ritmos donde siempre hay algo nuevo por descubrir.