La situación ha estallado y no podemos quedarnos callados. AENA ha decidido apuntar con el dedo a un trabajador tras el vergonzoso colapso de un techo de cristal en el aeropuerto, algo que debería preocuparnos a todos. En vez de asumir su propia responsabilidad, parece que han encontrado un chivo expiatorio. MÉS, PSIB y Podem no se lo han tomado a la ligera y han exigido explicaciones inmediatas sobre este acuerdo con Emaya. ¿Cómo es posible que se llegue a esta situación? Esto nos hace preguntarnos: ¿hemos pasado del «No a la droga» al silencio absoluto?
El clamor por respuestas
David López Canales lo dice claro: “Hemos pasado del «No a la droga» al silencio”. Es una crítica que resuena profundamente en nuestra comunidad, donde cada día sentimos más el desgaste y la falta de atención hacia los trabajadores. La alarma suena fuerte y clara, mientras que las promesas de responsabilidad parecen desvanecerse entre los escombros. No se puede dejar pasar por alto este tipo de incidentes; necesitamos respuestas reales y urgentes.