La historia comenzó como una noche cualquiera en s´Illot, pero pronto se tornó en un espectáculo digno de película. Una joven turista irlandesa de solo 25 años decidió que iba a ser la protagonista de su propio drama. La cosa se complicó cuando comenzó a agredir a los clientes de un restaurante y a cualquier viandante que se cruzara en su camino. No hay duda, la situación se le fue completamente de las manos.
Un encuentro inesperado con la ley
Los agentes de la Policía Local de Sant Llorenç des Cardessar recibieron varias llamadas alertando sobre una mujer ebria y muy alterada. Al llegar al lugar, se encontraron con una escena caótica: la chica increpaba y golpeaba a personas sin razón aparente. Su actitud desafiante no pasó desapercibida y, lejos de calmarse, decidió enfrentarse también a los policías. En un acto desesperado, intentó agredir incluso a alguno de ellos.
No hubo más remedio que reducirla y proceder a su detención por varios delitos graves: desobediencia, resistencia y atentado contra la autoridad. Pero eso no fue todo; durante el traslado al coche patrulla, la detenida logró colocarse las esposas por delante y empezó a dar patadas furiosas contra el cristal del vehículo, causando daños visibles.
Y aunque parecía que ya había tocado fondo, al llegar a comisaría continuó mostrando una actitud hostil, incluso llegó a autolesionarse. La situación era tan alarmante que tuvieron que activar los servicios médicos para sedarla.
Lo curioso es que horas antes del altercado esta misma mujer había sido víctima de un presunto caso de violencia en un hotel cercano; su pareja fue arrestada tras su denuncia por agresión. Una cadena de eventos desafortunados que llevó esta noche aparentemente tranquila hacia un desenlace impactante.