Este viernes por la tarde, un grupo de más de un centenar de personas se reunió frente al restaurante Medusa Beach, en la hermosa Platja de Palma. ¿El motivo? Rendir un sentido homenaje a los cuatro fallecidos tras el trágico derrumbe del 23 de mayo del año pasado. La comunidad senegalesa organizó este acto tan especial, donde flores y velas fueron depositadas con amor en la puerta del establecimiento, que aún permanece precintado. Y es que hace justo un año, la terraza colapsó y dejó una herida profunda en el corazón de muchos.
Entre las víctimas estaban Mariama Syll, de solo 23 años, y Abdoulaye Diop, de 44, ambos originarios de Senegal. A ellos se suman dos turistas alemanas que también perdieron la vida aquella fatídica tarde. Un rezo conjunto marcó uno de los momentos más emotivos del homenaje; amigos y familiares alzaron sus voces pidiendo Justicia para aquellos que ya no están. Raúl Pursnani, un empresario local que asistió al evento, compartió su dolor: «Todos los vecinos quedamos este viernes para recordar a las víctimas. Nos dolió a todos el derrumbe porque eran nuestros vecinos y les hemos dedicado un minuto de silencio». La tristeza estaba presente en cada rostro mientras recordaban lo ocurrido.
La justicia sigue su curso
El propietario del local, Crhistian Arnsteiner, no ha estado exento del peso que esta tragedia lleva consigo. Tras ser detenido por la Policía Nacional el pasado junio, está programado para declarar el próximo 24 de junio ante el juzgado número 9 de Palma como investigado por cuatro delitos de homicidio imprudente y seis por lesiones. Esta situación nos deja pensando: ¿qué lecciones aprenderemos como sociedad? Mientras tanto, cada vez que pasamos por allí sentimos una punzada en el pecho; es imposible no recordar.