Las obras de asfaltado han desatado un auténtico mar de colas en el entorno de Avenidas. Este es el segundo día de trabajos, y aunque ayer fue festivo, hoy ya estamos en plena jornada laboral. Desde primera hora, los operarios se han puesto manos a la obra en los carriles centrales entre 31 de Desembre y la calle Jesús, lo que ha llevado a un tráfico más lento que una tortuga. La gente clama por un poco de paciencia mientras aguarda en sus coches, con cada bocina sonando como una advertencia constante.
Una mañana complicada para todos
Los vecinos y comerciantes son testigos directos del embotellamiento que se vive. Toni, un farmacéutico del barrio, cuenta cómo alguien del Ayuntamiento les avisó sobre las obras y las posibles molestias. «Han puesto policía para regular el tráfico, pero Palma ya está tan saturada… Era necesario hacer esto porque el asfalto estaba hecho un desastre», explica con una mezcla de resignación y alivio por los trabajos que finalmente se están realizando.
Las camareras de una cafetería cercana no pueden evitar comentar sobre la situación: «Hoy lleva así toda la mañana», dicen mientras sirven cafés a ritmo frenético. Felipe, un dependiente de zapatería, añade que siempre hay tráfico los viernes, pero hoy ha sido especialmente intenso. Y es que cuando sumas turismo al caos habitual… ¡la cosa se descontrola! Paula, desde su librería cercana, menciona cómo ha notado una densidad inusual de coches desde primera hora.
Walter está sentado bajo una marquesina de la EMT esperando su autobús número 46. «Llevo ya una hora aquí», dice con resignación. La espera le parece interminable y reconoce que no había estado al tanto de las obras que estaban complicando aún más su rutina diaria.
A pesar de todo este lío vehicular, algunos pasos peatonales permanecen precintados mientras otros siguen abiertos sin vigilancia alguna. Los viandantes cruzan como pueden cuando el semáforo cambia a verde, dando lugar a escenas casi surrealistas en medio del bullicio.