En un giro dramático en la política palestina, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha hecho un llamamiento urgente a Hamás. En una reunión reciente del Consejo Central de Al Fatá, pidió al grupo islamista que libere a los rehenes secuestrados durante los ataques del 7 de octubre en Gaza y que deje de proporcionar «pretextos» a Israel para perpetrar sus actos violentos en territorio palestino.
Un grito desde el corazón de Palestina
Abbas no se guardó nada al afirmar que Hamás había dado argumentos a Israel para continuar con lo que él calificó como «conspiraciones y crímenes» en Gaza. «Cada día que pasa sin liberar a esos rehenes es un día más de daño a nuestra causa palestina», afirmó con voz firme. Su preocupación no solo recae sobre los rehenes, sino también sobre lo que él considera una inminente repetición de la histórica ‘Nakba’, un evento devastador para el pueblo palestino.
A medida que las cifras de víctimas crecen –más de 200.000 entre mártires y heridos– Abbas enfatizó que estas son vidas valiosas, no meros números estadísticos. “¿Acaso podemos seguir hablando de pérdidas tácticas cuando hay tanto sufrimiento?”, cuestionó, dirigiéndose directamente al dolor colectivo del pueblo.
No obstante, su mensaje no se detuvo ahí. El mandatario también alzó la voz contra la violencia creciente en Cisjordania y Jerusalén Este, donde casi mil personas han perdido la vida desde principios de octubre. «La ocupación está cortando Cisjordania en pedazos; esto no es solo terrorismo organizado, es un ataque directo contra nuestra identidad nacional», añadió con indignación.
Frente a este panorama desolador, Abbas demandó una clara unificación política. Instó a Hamás a cesar su control sobre Gaza y entregar sus armas para crear una institución palestina única. “Necesitamos actuar como uno solo si queremos avanzar hacia un Estado independiente”, sostuvo mientras subrayaba el papel vital de la OLP como representante legítimo del pueblo palestino.
En medio de esta crisis profunda, Abbas reveló que está colaborando con Naciones Unidas y Egipto para organizar una conferencia internacional centrada en reconstruir Gaza tras la devastación actual. A pesar del caos reinante, su mensaje sigue siendo claro: “El derecho a existir como nación debe prevalecer por encima de todo”. En definitiva, su llamado resuena fuerte: es momento de unidad y resistencia frente al adversario común.