Imagina la escena: varias personas, con sillas y mesas a cuestas, plantadas desde la noche anterior para no perder su oportunidad. «Desde las siete de la tarde del domingo ya había gente haciendo cola y con sillas para pasar la noche ahí. Yo creo que hay un problema», nos cuenta una madre, visiblemente frustrada, que quería inscribir a sus hijos en los populares campus deportivos de verano del IME.
Este lunes 14 de abril marcaba el inicio del proceso de inscripción presencial, un evento que sortea el 50% de las plazas disponibles. Para no dejar nada al azar, esta madre decidió llegar a Son Moix a las cuatro de la mañana. Sin embargo, su sorpresa fue mayúscula al descubrir que ya había un buen número de personas esperando; la cola daba vueltas alrededor del recinto. Algunos habían pasado allí más tiempo del que es razonable esperar.
Una situación insostenible
Los primeros en llegar llevaban desde el día anterior en una lucha por asegurar su lugar. Mientras otros descansaban sobre sus sillas plegables, se hacía evidente que esta experiencia se ha convertido en una auténtica odisea familiar. ¿Es realmente necesario llegar hasta este extremo? La comunidad merece respuestas y soluciones ante situaciones como estas.