En Palma, una tarde que prometía ser tranquila se tornó en caos. Una mujer fue detenida por la Policía Nacional tras acuchillar a su casera, todo por un conflicto que, a simple vista, podría parecer insignificante: el uso del baño. La víctima, con un corte en el brazo y varios moretones, tuvo que ser trasladada de urgencia a un hospital. Todo esto sucedió alrededor de las 15:50 horas del pasado domingo en una vivienda de la calle Manacor.
La escalofriante confrontación
El relato de los hechos es escalofriante. La inquilina, en medio de una discusión acalorada, agarró del pelo a su casera y la arrojó al suelo. No contenta con eso, le propinó varios golpes antes de tomar un cuchillo de cocina y asestarle un corte en el brazo. Acto seguido, huyó del lugar como si nada hubiera pasado.
Apenas unos minutos después, varias patrullas de Seguridad Ciudadana llegaron al lugar para entender qué había sucedido. Allí encontraron a la víctima con evidentes signos de haber sido agredida; ella les contó que desde hacía tiempo había problemas entre ambas mujeres. Mientras tanto, la policía inició una búsqueda para dar con la agresora.
Curiosamente, horas después la inquilina decidió entregarse y denunciar a su casera por lesiones leves y amenazas. Aseguró que fue ella quien comenzó la pelea al golpearla con una puerta y amenazarla verbalmente; incluso alegó que le había cogido del cuello. Esta versión no hizo más que complicar aún más el asunto.
Poco después de su declaración, los agentes detuvieron a esta mujer como presunta autora del delito de lesiones. Lo cierto es que este tipo de situaciones nos hacen reflexionar sobre cómo conflictos cotidianos pueden escalar hasta límites insospechados; quizás debemos poner atención antes de que nuestras discusiones terminen tirándose a la basura junto con nuestra cordura.