En un giro sorprendente de los acontecimientos, la Guardia Civil ha puesto bajo arresto a dos mujeres, de 37 y 42 años, que se encontraban en el punto de mira por un hurto monumental en un supermercado de Cala d’Or. La historia comenzó el pasado 3 de julio, cuando estas dos sospechosas decidieron salir del establecimiento con dos carros llenos hasta los topes, todo sin pagar ni un céntimo. El botín superaba los 1.000 euros, una suma nada despreciable.
Todo sucedió cuando uno de los empleados se percató de que una mujer intentaba marcharse con un carro repleto de productos valorados en más de 500 euros. Cuando le pidieron amablemente que mostrara su ticket, ella y su cómplice optaron por ignorarles y salir corriendo. En ese momento, la alarma saltó y se dio aviso a las fuerzas del orden.
Un plan bien orquestado
Al llegar al lugar, los agentes encontraron a otras dos mujeres esperando en un coche cercano. Se defendieron diciendo que estaban allí para recoger a una amiga que supuestamente estaba haciendo la compra. Sin embargo, las imágenes captadas por las cámaras de seguridad revelaron la verdad: al menos cuatro personas habían trabajado en equipo para distraer al personal mientras otros hacían su agosto.
A pesar de que lograron escapar con dos carros llenos, las autoridades no se quedaron cruzadas de brazos. Las detenidas fueron llevadas ante la justicia como presuntas autoras del delito y, lo más preocupante, es que la investigación sigue abierta. No sería raro ver nuevas detenciones en breve.