Este miércoles, la Guardia Civil ha dado un giro desgarrador a la búsqueda de una pareja que había desaparecido mientras disfrutaban de un día de pesca. En las aguas de sa Dragonera, a 90 metros de profundidad, se ha encontrado el cadáver de un hombre que podría ser el ex policía local de Calvià. Aunque los agentes aún no han podido confirmar su identidad, lo trasladaron al Club Náutico de Santa Ponça para llevar a cabo la identificación.
Una búsqueda angustiosa
La historia comenzó el pasado sábado cuando la pareja salió a pescar en la lancha ‘Zaragall’, dejando tras de sí un rastro de preocupación. La embarcación fue localizada el lunes, pero sin rastro alguno de ellos, lo que encendió alarmas y esperanzas al mismo tiempo. El chaleco salvavidas y el aro no estaban a bordo; una señal inquietante para sus familiares.
Alan Krell de Souza, hijo de la mujer desaparecida, vivió momentos desesperantes hasta que recibió la noticia sobre la ausencia laboral de su madre. Con su corazón en un puño, decidió lanzarse al mar en busca de respuestas. Fue alrededor de las seis cuando finalmente encontró la lancha a la deriva con las pertenencias intactas dentro: comida y los teléfonos móviles del dúo permanecían allí, pero algo vital faltaba.
Las teorías flotan como restos en el agua: ¿podría haber sufrido el hombre una indisposición? ¿Acaso ella se lanzó al mar en un intento heroico por salvarlo? Este miércoles se sumó a la búsqueda un robot subacuático, mientras los equipos peinan cada rincón del mar con determinación. Helicópteros sobrevolando y embarcaciones surcando las aguas; todos unidos en esta misión casi desesperada por encontrar respuestas.
Con cada ola que rompe contra las rocas hay más preguntas que respuestas. La comunidad sigue con atención este drama humano que nos recuerda lo frágil que puede ser todo.