Era un viernes cualquiera, y dos jóvenes, Manu y su pareja, se encontraban inmersos en el mundo de los libros. En mayo y junio, las bibliotecas abren sus puertas por la noche para ayudar a los estudiantes en plena temporada de exámenes. Pero lo que iba a ser una simple sesión de estudio se tornó en una historia digna de contar.
«Son ya las seis de la mañana, acabamos de salir de la biblioteca nocturna y esto es surrealista», comenzó a relatar Manu desde su coche, aún incrédulo por lo ocurrido. A su alrededor había un ambiente festivo típico de las zonas con discotecas, así que pensaron que el segurata solo entraría para decirles que era hora de marchar. Pero estaban muy equivocados.
Un giro inesperado
El guardia no estaba allí para echarles; ¡todo lo contrario! Venía buscando información sobre una joven involucrada en una pelea cercana. Al parecer, había sucedido algo grave: una chica supuestamente armada había causado revuelo en la discoteca más próxima. Y claro, al ver que la única zona abierta era la biblioteca donde ellos estudiaban, decidieron investigar.
A pesar de sus intentos por explicar que ellos no tenían nada que ver con esa situación tensa, el segurata parecía escéptico: «Juro que estábamos solos», insistió Manu mientras trataba de hacerle entender su inocencia. Después de un buen rato lleno de nerviosismo y confusión, apareció otro vigilante para aclarar el malentendido. Resulta que no era un simple segurata; ¡era un policía encubierto!
A medida que las redes sociales se hacían eco del relato, el vídeo acumuló más de un millón de reproducciones. Los comentarios no tardaron en llegar: «¿Quién va a estudiar a una biblioteca a esas horas?» o «el policía sin entender qué hacen ahí», reflejaban tanto sorpresa como incredulidad ante esta curiosa anécdota.