En un mundo donde cada palabra cuenta, Signal ha emergido como el refugio de aquellos que buscan privacidad en sus conversaciones. Esta aplicación de mensajería no solo se ha ganado la confianza de activistas, periodistas y gobiernos, sino que también ha sido el centro de atención por su uso en escándalos políticos. Recientemente, el caso del dimitido Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE, ha puesto de manifiesto cómo esta herramienta se utiliza para ocultar lo que realmente se dice.
¿Por qué Signal es tan popular?
Cerdán, al parecer consciente de que su teléfono podría estar bajo vigilancia, recomendó a su ex asesor Koldo García comunicarse a través de Signal. “Hablemos por aquí”, decía, dejando claro que había algo que prefería mantener lejos de oídos curiosos. Y lo cierto es que esta no era la primera vez: ya había utilizado Signal para charlar con miembros de Bildu. En un tiempo donde los secretos parecen volar más rápido que los mensajes, él eligió una vía segura.
No olvidemos que Signal ofrece características únicas: chats cifrados por defecto, mensajes autodestructivos y una firme política contra la recolección de datos. Así es como se han convertido en la opción favorita para quienes necesitan hablar sin miedo a ser escuchados. Y no solo eso; también han desafiado a los gobiernos al negarse rotundamente a crear puertas traseras para acceder a la información.
A pesar del revuelo causado por este escándalo, hay quienes ven en Signal una herramienta peligrosa. Su capacidad para evitar cualquier tipo de control plantea preguntas sobre su uso indebido: desde la planificación de ataques hasta el intercambio ilegal de información sensible. Pero mientras esto sucede, muchos siguen confiando en ella como la solución más segura frente al espionaje digital.
Sí, estamos hablando de una app que no guarda nada en la nube y cuya protección radica precisamente en no almacenar metadatos. Mientras algunos las usan para salvaguardar secretos oscuros, otros simplemente quieren tener tranquilidad al hablar con sus seres queridos o compartir ideas sensibles sin preocuparse por las consecuencias.