La reciente pérdida de Marilena Jover, una figura esencial del entramado familiar en las Baleares, ha dejado a muchos con un sabor amargo. Su legado no solo abarcaba su empresa, sino que también impregnaba la esencia de la comunidad. No es fácil decir adiós a alguien que ha sido un referente para tantos, especialmente en estos tiempos donde el apoyo mutuo es más necesario que nunca.
Un impacto que se siente en toda Mallorca
Mientras tanto, la isla sigue adelante con sus propios desafíos. Este martes, se espera que gran parte de Mallorca esté bajo un aviso amarillo por temperaturas que alcanzarán los 37 grados. Con el calor aplastante y los acontecimientos trágicos como el apuñalamiento de una mujer tras una discusión en Cala Nova, Palma, parece que los problemas sociales están a la orden del día.
Y como si eso no fuera suficiente, hay quienes se atreven a criticar nuestra cocina tradicional. Un influencer gastronómico ha lanzado declaraciones incendiarias sobre nuestro querido frit mallorquí, llamándolo “una puta merda”. Pero lo cierto es que cada vez más voces se alzan para defender lo auténtico frente a las modas pasajeras.
A medida que la comunidad enfrenta retos y críticas externas, recordamos figuras como Marilena Jover y su contribución inestimable. En tiempos difíciles como estos, su memoria nos impulsa a seguir luchando por lo nuestro y valorar nuestras raíces.