En un clima político que no deja a nadie indiferente, el PSIB se perfila como el claro ganador de las próximas elecciones en las Islas Baleares, alcanzando un sorprendente 23% de los votos, según los últimos datos del CIS. Pero esto no es todo lo que está sucediendo en la comunidad; hay voces que se alzan contra diversas problemáticas que nos afectan directamente.
Protestas y movilizaciones en la isla
Por un lado, la comunidad educativa está en pie de guerra: el IES Alcúdia ha hecho sonar su alarma ante la reducción drástica del número de docentes para el próximo curso. ¿Quién puede aceptar que nuestros jóvenes queden desatendidos por falta de profesorado? Esto es algo que debemos cuestionar.
Aún más preocupante es el clamor creciente entre los vecinos sobre la llamada “macrourbanización” de Palma. La pregunta resuena entre ellos: ¿quién va a vivir aquí sin equipamientos ni servicios? Nos están vendiendo una idea que no tiene pies ni cabeza.
No olvidemos la situación laboral, pues los trabajadores del TIB han decidido declarar una vaga indefinida a partir del 25 de julio. Sus derechos laborales son fundamentales y debemos apoyarles en esta lucha.
Cada uno de estos temas refleja cómo nuestra sociedad está interconectada y cómo cada decisión política afecta a nuestras vidas diarias. Y mientras tanto, algunos siguen jugando al Monopoly con nuestras ciudades y nuestro futuro.