El pasado sábado, el Centro Sanitario Municipal de Son Reus fue escenario de un incidente que dejó a varios trabajadores heridos por el ataque de un perro acogido en sus instalaciones. A primera hora de la mañana, cuando aún muchos dormían, una trabajadora de Athisa, la empresa que gestiona ahora este servicio tras su privatización en junio, se disponía a alimentar a los animales. Sin embargo, al abrir la jaula de uno de ellos, un mestizo de dogo argentino reaccionó violentamente y la atacó. Las consecuencias fueron graves: ella sufrió lesiones en el brazo y otros dos compañeros que intentaron ayudarla también fueron alcanzados por el animal.
¿Privatización o simple infortunio?
Desde el Ajuntament de Palma han salido al paso para desvincular este ataque del cambio en la gestión del centro. Según ellos, desde que Athisa tomó las riendas, los recursos humanos y técnicos han aumentado considerablemente. De hecho, argumentan que hay más operarios trabajando ahora que durante la etapa anterior con Emaya. “Este incidente no tiene nada que ver con una reducción de medios”, subrayan desde el Consistorio.
A pesar del revuelo generado por lo sucedido, aseguran que cuentan con protocolos adecuados y suficiente material para garantizar la seguridad tanto del personal como de los animales. De hecho, mencionan un turno de vigilancia 24 horas y formación continua impartida por expertos veterinarios para mejorar el manejo y bienestar animal.
No obstante, es difícil no cuestionar cómo puede suceder algo así si todo está bajo control. El hecho es que tres personas resultaron heridas y tuvieron que ser atendidas rápidamente; aunque afortunadamente ya han recibido el alta médica. En definitiva, mientras algunos ven esto como un simple accidente desafortunado, otros miran con recelo hacia esa privatización del servicio. ¿Estamos realmente cuidando lo esencial o solo tirando a la basura lo público?

