La imagen del caravanismo en Palma nos presenta un paisaje sorprendente y, a la vez, preocupante. Muchos pensaríamos en los tradicionales aparcamientos de las piscinas municipales de Son Hugo o en la zona de Son Güells, pero lo que está ocurriendo ahora es mucho más inquietante. Con la llegada del verano y el creciente problema de vivienda que asola Mallorca, no es raro ver autocaravanas ocupando espacios insospechados como los aparcamientos de centros comerciales.
Un fenómeno que crece sin control
Aunque uno de estos centros comerciales cierra sus puertas por la noche, eso no ha impedido que estas casas rodantes se instalen allí permanentemente. Los gestores del lugar están alarmados y han hecho llegar sus preocupaciones al Ajuntament de Palma. Pero, ¿qué respuestas han recibido? Por ahora, ninguna. La situación se agrava día a día y parece escapar del control municipal al tratarse de un espacio privado.
Es triste ver cómo conviven autocaravanas habitadas con otras completamente abandonadas, rodeadas de furgonetas que sirven como viviendas improvisadas. El deterioro es evidente y cada nueva llegada solo suma inquietud entre los clientes del centro comercial. Y si esto fuera poco, también tenemos a personas sin hogar pidiendo limosna a quienes acuden a hacer la compra; muchos vienen de lugares como Ca l’Ardiaca o refugios similares.
No podemos olvidar el asentamiento irregular cerca del carril de deceleración en la Vía de Cintura hacia Valdemossa y Camp Redó. Una situación compleja que exige nuestra atención y reflexión sobre cómo abordamos esta problemática tan palpable en nuestras calles.