En un giro inesperado de los acontecimientos, Venezuela ha alzado la voz contra lo que califica como una “amenaza colonialista” proveniente del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Este sábado, el mandatario norteamericano anunció que el espacio aéreo venezolano está “cerrado”, una declaración que Caracas considera como una nueva “agresión” hacia su soberanía.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela no se ha quedado callado. En un comunicado contundente, afirma que este intento de imponer la jurisdicción estadounidense en el país es un acto que pone en peligro la integridad territorial y la seguridad aeronáutica. “Repudiamos con absoluta contundencia”, asegura el gobierno venezolano, enfatizando que estas declaraciones son parte de una “política de agresión permanente”, cargada de intenciones coloniales en América Latina y el Caribe.
Venezuela exige respeto y solidaridad internacional
La respuesta venezolana va más allá de palabras; advierte sobre un uso explícito de la fuerza que es claramente prohibido por las normas internacionales. “Ninguna autoridad ajena tiene poder para interferir en nuestro espacio aéreo”, recalcan desde Caracas. Y no solo se quedan ahí: hacen un llamado a otros países y organismos multilaterales para que se unan en el rechazo a lo que consideran un acto inmoral.
Además, esta situación ha llevado a Estados Unidos a suspender los vuelos de repatriación para emigrantes venezolanos, lo cual no pasa desapercibido en medio del conflicto. Desde 2018, se han realizado 75 vuelos dentro del Plan Vuelta a la Patria, transportando casi 14,000 migrantes. La tensión aumenta cuando Trump reitera sus intenciones bélicas al hablar sobre narcotraficantes y acumular tropas alrededor del país.
A medida que las palabras se convierten en acciones, Venezuela promete responder con dignidad y firmeza ante cualquier intento exterior. “Nosotros sabemos defender nuestra soberanía”, afirman desde el gobierno. Un mensaje claro: no hay lugar para injerencias ni intimidaciones externas.