En un giro que ha dejado a muchos boquiabiertos, el Departamento de Estado estadounidense ha decidido destinar nada menos que 30 millones de dólares (más de 25 millones de euros) a la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF). Esta organización, creada con el apoyo del gobierno israelí, se presenta como una salvadora en medio del caos en Gaza. Pero, ¿es realmente así?
Las palabras y la realidad: un abismo difícil de ignorar
Tommy Pigot, portavoz adjunto del Departamento, no escatimó en elogios durante su rueda de prensa. Aseguró que han repartido ya más de 46 millones de comidas, todo esto mientras afirman haber evitado el saqueo por parte del movimiento Hamas. Sin embargo, resulta curioso escuchar estas afirmaciones cuando las autoridades sanitarias en Gaza denuncian que al menos 500 palestinos han muerto, muchos mientras esperaban ayuda justo en los puntos designados para su distribución.
No solo eso; organismos internacionales y ONGs han puesto el grito en el cielo advirtiendo que la GHF está lejos de ser capaz de llevar a cabo esta tarea vital. En medio del bullicio mediático, es fundamental preguntarnos si este respaldo por parte de EEUU es realmente una búsqueda genuina de paz o simplemente una manera más sutil de seguir manteniendo el control sobre la situación en la región. Mientras tanto, el mundo observa y se pregunta: ¿es esta ayuda realmente efectiva o solo un intento más por lavar la imagen?