MADRID, 17 Jun. (EUROPA PRESS) – Este martes, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha expresado su profundo pesar por la muerte de tres valientes trabajadores humanitarios de la Media Luna Roja iraní, víctimas de un ataque directo perpetrado por el Ejército israelí en Teherán. En un comunicado desgarrador, han recordado que estos héroes anónimos se entregan cada día para hacer frente a las crecientes necesidades provocadas por la escalada del conflicto. «Debemos hacer todo lo posible para asegurar su seguridad», han clamado con angustia.
Una realidad alarmante que no podemos ignorar
Pero eso no es todo. La misma organización también ha denunciado que voluntarios del servicio nacional de ambulancias en Israel, Magen David Adom (MDA), resultaron heridos mientras realizaban su labor altruista de salvar vidas durante los ataques iraníes. Julien Lerisson, jefe de la delegación del CICR para Israel y los territorios ocupados, subraya lo evidente: esto nos recuerda brutalmente el riesgo al que se enfrentan aquellos que trabajan incansablemente en situaciones extremas. Es imperativo que puedan desempeñar su labor sin miedo.
Nicolas Von Arx, director regional del CICR para Oriente Próximo, ha enfatizado una realidad inquietante: «Numerosos civiles de ambos bandos han muerto o han quedado heridos». En medio del caos, las familias en Irán e Israel buscan refugio y se ven obligadas a esconderse en búnkeres durante las noches aterradoras. La situación es insostenible y exigen respeto al Derecho Humanitario mientras claman por una desescalada inmediata.
Por otro lado, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, también levanta la voz ante esta escalada violenta que está cobrando vidas inocentes –incluyendo niños– y alerta sobre los peligros inminentes que representan los ataques a instalaciones nucleares. «Esto podría tener consecuencias devastadoras tanto inmediatas como a largo plazo», destaca enfáticamente.