Gabriel Escarrer Jaume, el presidente y CEO de Meliá Hotels International, no se ha callado más. En un artículo que ha dejado huella en El Económico, ha puesto el dedo en la llaga sobre los problemas que están causando las obras de remodelación del aeropuerto de Palma y del emblemático Paseo Marítimo. Y es que, ¿quién no siente una mezcla de frustración y tristeza al ver cómo se deteriora la primera y última impresión que nuestros visitantes tienen de esta hermosa isla?
Un caos que afecta a todos
Escarrer no se corta ni un pelo al afirmar que la planificación de estas obras ha sido realmente nefasta. «Todos los aeropuertos del mundo se actualizan sin hacer sufrir a sus viajeros», dice con razón. Pero aquí parece que hemos decidido tirar todo por la borda justo cuando más turistas vienen a disfrutar del sol y la playa. Es como si el aeropuerto hubiese elegido coincidir su peor momento con nuestra temporada alta, mientras que nuestro querido Paseo Marítimo sigue mostrando, tras casi tres años de trabajos, una imagen desoladora llena de vallas y barricadas.
Y claro, Escarrer apunta directamente a quienes deben asumir responsabilidades: «Sería deseable que Administraciones como AENA o la Autoridad Portuaria se esmerasen en planificar trabajos que impactan directamente en la imagen de nuestros destinos». Porque al final del día, lo único que queremos es ofrecer una experiencia inolvidable a nuestros visitantes. No dejemos que su recuerdo sea el de un aeropuerto caótico y deteriorado; eso no puede ser nuestra carta de presentación.