Marcel Granollers y Horacio Zeballos están a un paso de alcanzar su segundo título en el Mutua Madrid Open. Estos dos tenistas, que saben lo que es jugar en grandes finales –tres de Grand Slam y siete Masters 1.000 a sus espaldas– se sienten como en casa en la Caja Mágica, un lugar que les ha traído buenas memorias. Ya alzaron el trofeo aquí en 2021 y repitieron en 2024, aunque el año pasado se quedaron sin la oportunidad por una lesión de Horacio.
Un ambiente único
Pero esta vez las circunstancias son diferentes. Ambos jugadores tienen claro que quieren ofrecer un espectáculo inolvidable: «Animamos a todo el mundo a venir y disfrutar de un partido de dobles de alto nivel. Daremos lo mejor de nosotros», comenta Marcel con esa chispa que lo caracteriza.
La conexión con Madrid va más allá de los resultados: “Después del partido hablamos sobre lo bonito que es jugar aquí”, añade Granollers. Y no miente; el apoyo del público es palpable, algo que agradecen enormemente: “Horacio también siente esa energía”. En la semifinal contra Puetz, tanto él como su compañero mostraron su garra: «Los cuatro hicimos un gran partido. Ha sido una prueba dura mentalmente porque no hubo fallos», dice.
Y aunque hubo momentos tensos cuando estaban al borde del cierre del set, supieron mantener la calma: «A veces parece que tienes todo controlado, pero los partidos son complicados», explica Granollers. La fortaleza mental fue clave para salir victoriosos y estar donde están ahora. Se nota que son un equipo bien compenetrado: «Marcelo y yo hemos tirado del carro juntos, apoyándonos incluso en los momentos difíciles».