El entrenador del Real Mallorca, Jagoba Arrasate, ha lanzado un mensaje directo a Pablo Ortells y a la dirección deportiva: al menos uno de los porteros actuales tiene que renovar. En una reciente entrevista concedida durante sus vacaciones a Durangaldeko Telebista, el técnico no se anduvo con rodeos sobre la situación de la portería.
«Es inviable que ambos renueven, pero tampoco quiero quedarme sin ninguno», confesó Jagoba. La llegada de Leo Román, procedente de Segunda División, y Dominik Greif, que apenas tuvo minutos como suplente de Rajkovic en Primera, ha generado una competencia sana pero complicada. Ambos llegan con ganas de demostrar su valía, pero solo uno podrá salir beneficiado en esta batalla.
Un dilema que preocupa
Arrasate explicó cómo se vive esta incertidumbre en el vestuario: «Con dos porteros no se puede jugar. Les he prometido oportunidades a ambos; empezaré alternando entre ellos y luego decidiré quién es el elegido». Sin embargo, ahora que ambos finalizan contrato el año que viene, esa decisión parece más urgente.
Tanto Leo como Greif tienen contrato hasta 2026 y aún no han aceptado las propuestas de renovación del club. Al principio parecía claro que Greif sería quien se quedaría y Román saldría traspasado. Pero tras la última jornada liguera, las posturas se han estancado, dejando a Jagoba preocupado por lo que pueda suceder.
A medida que avanza la pretemporada y otros clubes cierran sus puertas para Román con nuevas incorporaciones bajo palos, la tensión aumenta. Las negociaciones parecen tener un rumbo favorable para su renovación con el Mallorca; sin embargo, el futuro sigue siendo incierto. Este dilema es algo más que un simple problema deportivo; es una prueba de fuego para Arrasate y su capacidad para gestionar estas situaciones delicadas en un equipo tan lleno de potencial como el Mallorca.