El último partido de la temporada del Mallorca no sorprendió a nadie, y qué alivio que ya haya terminado. Si hubiera durado un poco más, la situación podría haber sido aún más amarga. El equipo, fiel a su decepcionante segunda vuelta, volvió a mostrar un juego lamentable en Vallecas, donde fue dominado en cada rincón del campo y, en algunos momentos, incluso humillado. El Rayo Vallecano demostró ser infinitamente superior; el marcador no refleja la realidad del dominio aplastante que ejercieron los madrileños.
Desilusiones y reflexiones para el futuro
Si todavía teníamos alguna duda sobre la portería del Mallorca, estas últimas jornadas han servido para dejarlo claro: está en buenas manos. No sabemos qué pasará este verano, pero si Dominic Greif y Leo Román siguen con nosotros, al menos tendremos una garantía de calidad bajo los palos. Sin embargo, no podemos decir lo mismo de nuestros defensores; aquí no hablamos solo de los cuatro o cinco que están atrás. Como ya sucedió en el Bernabéu y Montjuïc, donde Leo Román brilló como el mejor jugador del encuentro, ayer Dominic Greif tuvo otra actuación sobresaliente que evitó una victoria que el Rayo merecía con creces.
El problema más grande de esta segunda mitad de la temporada ha sido la falta de solidez defensiva del equipo. El Rayo hizo lo que quiso en nuestra área; penetraron por las bandas y dominaron el juego interior sin ningún tipo de resistencia. Pero bueno, al menos se ha acabado esta campaña y es momento de mirar hacia adelante.
Jagoba Arrasate tiene claro que hay mucho por corregir si quiere evitar sufrir para sacar adelante los partidos. Su objetivo era alcanzar los 50 puntos, pero se tendrá que conformar con los 48 que aparecen en la clasificación actual.