En la calidez de Son Moix, los jugadores del Real Mallorca se han congregado esta semana con una única idea en mente: ganar a Las Palmas. Tras un doloroso empate frente a Osasuna que les dejó con las manos vacías, el equipo está decidido a romper esa racha que se ha convertido en una auténtica pesadilla este 2025. Nadie quiere recordar cómo dejaron escapar esos dos puntos en el tiempo de descuento; esa sensación de decepción y rabia aún resuena en sus cabezas.
La plantilla, capitaneada por Jagoba Arrasate, es consciente de que su inicio de año dista mucho de lo deseado. Se siente un fútbol más apagado, menos contundente y una defensa vulnerable. Pero hay un destello de esperanza tras el tanto desde el punto penalti anotado por Muriqi; fue como si se levantara un peso de encima y la celebración lo reflejó. ¡Era hora!
Una Nueva Oportunidad
Después del tropiezo ante el Atlético, donde cayeron 2-0, tienen marcados dos partidos clave en casa. Enfrentar a equipos como Las Palmas es crucial para poner fin a este enero para olvidar y retomar la senda victoriosa que los lleve a soñar con Europa. No quieren que la historia se repita.
Dani Rodríguez no oculta su frustración: “Teníamos muchas ganas de ganar y es una pena que no se haya conseguido”. Y Robert Navarro añade: “Hay que intentar hacer bueno este punto”. Es evidente que están luchando por encontrar ese espíritu perdido.
Aunque están viviendo un bache complicado, todavía hay luz al final del túnel. Un triunfo este domingo podría significar romper esas cadenas mentales que les frenan y devolverles la confianza necesaria para no caer más en la tabla. La clasificación está apretada y cada partido cuenta; nadie puede relajarse porque hasta los equipos más cercanos al descenso comienzan a despertar.
Las Palmas llega con 23 puntos, ansiosos por escapar también del fondo. Así que esta victoria podría ser justo lo que ambos necesitan para dejar atrás las dudas y mirar hacia adelante con determinación. La afición está lista para empujarles hacia ese objetivo común.