En un acto reciente en Zaragoza, Pedro Acosta se mostró sincero sobre su situación actual con KTM. Con el GP de Aragón a la vista, dejó claro que sigue apostando por el proyecto del equipo, pero no pudo ocultar su frustración. «La paciencia se me acabó en febrero», confesó entre risas nerviosas. Aunque el año pasado disfrutó de buenos momentos en la pista, este 2025 parece una montaña rusa.
Expectativas y realidades
Acosta recordó cómo en su última carrera logró pelear por un puesto entre los cinco primeros. Sin embargo, esa meta parece cada vez más lejana. «Ahora mismo tenemos una moto que puede estar entre el top 5 y el top 7, pero necesitamos algo más cerca del podio para sentirnos contentos», afirmó mientras rumiaba sus pensamientos.
A pesar de las críticas externas, él sabe que no puede dejarse llevar por lo que digan los demás. «No hay que escuchar lo que la gente dice de ti; eso solo te despista», reflexionó. Y aunque reconoce que Silverstone fue su mejor carrera hasta ahora en MotoGP, siente que podría haber hecho mucho más. Es esa sensación de estar tan cerca y no lograrlo lo que realmente le frustra.
Consciente de su esfuerzo diario, Acosta subrayó: «Sé lo duro que trabajo; nadie puede dudar de mi dedicación». Aún así, no deja de pensar en cómo hubiera sido si hubiese trabajado con esta misma intensidad hace un par de años.
Mirando al futuro con una mezcla de optimismo y determinación, Pedro concluyó: «Solo llevo cuatro años en el Mundial y siempre he tenido buenos resultados. Este proceso me hará un piloto más completo». Con un contrato asegurado hasta 2027 y una buena dosis de paciencia acumulada (aunque ya mermada), Acosta está decidido a seguir adelante con fuerza.