En medio del revuelo que ha causado la presencia de Franco Colapinto, el equipo Alpine ha decidido hacer un test que, aunque se presentaba como secreto, no ha pasado desapercibido para nadie. La noticia llega justo tras el Gran Premio de Miami, donde los resultados de Jack Doohan han dejado mucho que desear. Por eso, mientras todos miran hacia el futuro, Alpine se encuentra en una encrucijada.
Un entrenamiento revelador
El circuito de Zandvoort, en los Países Bajos, fue el escenario elegido para este peculiar entrenamiento. Con un coche que rememora tiempos pasados pero adaptado a las normas actuales de la Fórmula 1, Alpine sorprendió a más de uno al salir a pista con un piloto cuya identidad permanecía oculta tras un casco negro. ¿Quién es? Las especulaciones no tardaron en circular por las redes sociales después de que el piloto neerlandés Jeroen Bleekemolen compartiera imágenes en Instagram.
Aunque se esperaba ver a Colapinto al volante, la realidad es que quien tomó las riendas del coche fue Ritomo Miyata. Este joven japonés no forma parte actualmente del equipo galo como reserva, pero su participación podría ser una ventana abierta hacia futuros talentos. Sin embargo, lo cierto es que todos los ojos están puestos en Colapinto y su posible regreso al asfalto.
A medida que se acerca el Gran Premio de Emilia-Romagna, las noticias apuntan a que Colapinto podría volver a subirse al coche competitivo. Mientras tanto, Doohan sigue ahí, aunque muchos piensan que su puesto podría estar comprometido. El jefe del equipo, Oliver Oakes, ha dejado claro que la situación está cambiando rápidamente; lo que parecía seguro hace unos días ahora parece una lotería.
A fin de cuentas, este test podría haber servido para aclarar algunas dudas sobre el futuro inmediato del equipo. Los cambios son parte esencial del mundo de la F1 y Alpine está viviendo un momento crucial donde cada decisión cuenta. Habrá que esperar y ver cómo se desarrolla esta historia.