La historia de Cristiano Ronaldo sigue escribiéndose, y no parece tener fin. Con 41 años, el astro portugués no solo sigue en pie, sino que se lanza hacia nuevos desafíos. Su próximo objetivo es alcanzar los 1.000 goles en su carrera y, por supuesto, llevar a Portugal a lo más alto en el Mundial 2026. Hace poco, tras un emocionante partido contra España, sumó otro tanto a su cuenta, llegando ya a 938 goles. Esto no es solo un número; es un testimonio del trabajo y dedicación que ha puesto en cada partido.
La nueva generación brilla bajo la sombra del gigante
En Múnich celebró con sus compañeros la victoria en la Liga de Naciones, logrando así su 36º título individual. Mientras otros jóvenes talentos como Mbappé o Dembelé también brillan en el firmamento futbolístico, Cristiano sigue siendo el centro de atención. “Sé la edad que tengo”, dice él con esa humildad que le caracteriza, “pero el hambre de ganar sigue intacta”. Y eso es algo que todos sus compañeros reconocen; tenerlo como capitán significa contar con un líder nato que sabe cómo motivar y guiar.
A medida que se acerca el Mundial de 2026, muchos aficionados sueñan con una final épica entre Argentina y Portugal. Imaginemos a Messi con 39 años y a Cristiano defendiendo colores nacionales con esa energía inagotable. Aunque físicamente ya no sea el mismo de antes, su inteligencia táctica y su instinto goleador siguen siendo letales para cualquier defensa.
Con una selección renovada detrás —Bernardo Silva, Vitinha y Leao son solo algunos nombres— Portugal tiene todas las cartas sobre la mesa para sorprender al mundo. La clave estará en si este capitán perfecto puede llevarlos al éxito definitivo.