En una historia que podría sacudir hasta los cimientos del fútbol italiano, Andrea Beretta, un jefe ultra conocido por su lealtad inquebrantable a su grupo, ha decidido dar la espalda a la omertà, esa ley del silencio tan arraigada entre los ultras. Su confesión ha desencadenado una serie de arrestos relacionados con el asesinato de Vittorio Boiocchi, un nombre muy conocido en los círculos de aficionados del Inter de Milán.
La trama oscura detrás del crimen
El 29 de octubre de 2022, Boiocchi fue asesinado justo antes de un partido crucial entre el Inter y la Sampdoria. Beretta ha admitido que él mismo ordenó el ataque a Marco Ferdico, quien cobró 50.000 euros por llevar a cabo el homicidio. En una escalofriante narración de los hechos, se reveló que Daniel D’Alessandro fue el encargado de disparar contra Boiocchi cinco veces con una pistola Luger 9×19 frente a su propia casa.
La policía italiana no ha tardado en actuar; en las últimas semanas han realizado detenciones masivas que involucran a hinchas ultras tanto del Inter como del Milan. Entre los arrestados están Ferdico y Pietro Andrea Simoncini, quienes no han dudado en confesar su participación en esta siniestra emboscada.
Este giro inesperado ha dejado al mundo del deporte boquiabierto: ¿cómo es posible que un entorno tan cerrado y secreto como este empiece a desmoronarse? La respuesta parece estar en la desesperación y traición que han surgido entre ellos mismos. Al final, lo que parecía ser una guerra silenciosa entre grupos ha estallado al aire libre gracias a aquellos valientes dispuestos a contar la verdad.