En un giro que nadie vio venir, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado que la semana pasada tuvo una conversación telefónica con Nicolás Maduro, el controvertido líder venezolano. Aunque no ha querido entrar en detalles sobre lo que se dijeron, su respuesta fue clara: «No quiero comentarlo. La respuesta es sí». Es curioso cómo una simple llamada puede generar tanto revuelo.
Un cierre de espacio aéreo inquietante
Sin embargo, la trama se complica cuando Trump también aborda su reciente anuncio sobre el cierre del espacio aéreo venezolano. Algunos interpretaron esto como un aviso de intervención militar inminente. Pero él salió al paso de esas especulaciones con una advertencia: «No saquen conclusiones de eso». En un momento donde los ánimos están caldeados, sus palabras parecen más bien un juego de ajedrez político que podría tener consecuencias serias.
El mandatario estadounidense insistió en que Venezuela no es exactamente un amigo y dejó claro que ese espacio aéreo queda totalmente cerrado para cualquier actividad, desde vuelos comerciales hasta los movimientos poco legales de narcotraficantes. Su mensaje a las aerolíneas y otros actores fue directo y sin rodeos: «les rogamos que consideren que el espacio aéreo sobre Venezuela y sus alrededores permanecerá cerrado en su totalidad».
Con este panorama tan tenso, nos preguntamos qué vendrá después en esta historia entre dos presidentes cuyas intenciones siguen siendo un misterio. Con cada movimiento estratégico se siente la presión acumulándose alrededor del territorio venezolano mientras observamos desde lejos.

