Ramon Escalé, un apasionado músico catalán y líder del grupo de góspel Messengers, nos invita a reflexionar sobre el estado actual de la música. Este artista, que se ganó un lugar en la historia al ser subcampeón en la primera edición del concurso ‘Oh Happy Day’ de TV3, compartió su visión durante una velada organizada por la Banda de Música de Felanitx en Sa Bassa Nova, Portocolom.
El Camino hacia el Góspel
Escalé comenzó su trayectoria académica en medicina, pero pronto se dio cuenta de que su verdadero llamado era la música. «Hace veinticinco años había un vacío enorme en el mundo del góspel», nos dice con nostalgia. A medida que habla, es evidente cómo esta forma musical ha ido evolucionando; hoy día, algunos de los más grandes artistas han tomado inspiración del góspel. ¿Quién no ha sentido las vibraciones de Michael Jackson o Aretha Franklin? Todo esto surge desde las iglesias, donde los ritmos y melodías dan vida a mensajes profundos.
Pero ¿qué hace que el góspel conecte tanto con la gente? Escalé lo resume en dos palabras: esperanza y sencillez. Con sus letras optimistas, esta música no solo invita a cantar; te envuelve y te hace sentir parte de algo mayor. Sin embargo, hay una paradoja: muchos de esos cantantes eran esclavos que terminaron alabando al mismo Dios de sus opresores. Es una contradicción profunda.
A pesar del paso del tiempo, el góspel sigue vivo dentro de las iglesias. Para quienes lo practican es más que música; es una forma de conectarse con lo trascendental y socializar. Aunque hay quienes confunden el góspel con los espirituales negros—que serían como la «música clásica»—el primero tiene ese sabor popular que lo acerca a la gente común.
A pesar del éxito comercial del góspel como industria musical, Escalé siente una resistencia hacia algunas tendencias actuales. «La difusión debería ser más auténtica», expresa con un tono crítico sobre cómo los medios han simplificado todo para atraer audiencias masivas. El problema radica en que muchas veces se promociona lo banal mientras se ignora lo valioso. En este sentido, él afirma sin tapujos: «En la difusión de la música se amplifica la basura».
Aún así, Ramon continúa creando y fluyendo según sus propios vientos musicales. Y aunque el góspel ocupa un lugar especial en su corazón, está claro que su pasión por la música va mucho más allá.