Las cifras son desgarradoras y, sin embargo, parecen no ser suficientes para despertar la conciencia del mundo. Según las autoridades gazatíes, más de 56.250 personas han perdido la vida desde que Israel lanzó su ofensiva contra Gaza tras los terribles ataques del 7 de octubre de 2023. En solo un día, más de cien almas se extinguieron a causa de los bombardeos israelíes.
El Ministerio de Sanidad de Gaza ha hecho eco del horror en un comunicado: «El balance es escalofriante: 56.259 mártires y 132.458 heridos, entre ellos, 103 fallecidos y 219 heridos atendidos en hospitales en las últimas 24 horas». Estas palabras nos confrontan con una realidad innegable y trágica que parece desvanecerse entre las frías cifras que llegan a nuestros oídos.
Aumenta la desesperación y el sufrimiento
No podemos olvidar que desde el pasado 18 de marzo, cuando se rompió el alto el fuego acordado con Hamás, al menos 5.936 personas han muerto, mientras que unas 20.417 han resultado heridas. Sin embargo, lo más alarmante es que muchos cuerpos permanecen inalcanzables para los equipos de emergencia debido a la devastación en ciertas áreas; esto hace temer que la cifra real pueda ser aún mayor.
Mientras tanto, en medio de esta tragedia humanitaria, algunos siguen hablando sobre viviendas públicas o gestos políticos vacíos como si nada estuviera ocurriendo. La comunidad internacional observa este espectáculo inquietante con una mezcla de indignación y frustración. ¿Hasta cuándo seguiremos mirando hacia otro lado ante un sufrimiento tan profundo?