En la antesala de uno de los partidos más significativos en la historia del Real Oviedo, su entrenador, Veljko Paunovic, no puede ocultar su optimismo. Con una mezcla de emoción y determinación, expresó que el equipo está preparado y listo para darlo todo. «El grupo está muy motivado y solo falta que llegue el momento para salir a por todas», comentó con un brillo en los ojos que decía más que mil palabras.
Un sueño al alcance
Paunovic subrayó la importancia de aprovechar cada instante hasta el gran día. Están en su mejor momento, casi todos los jugadores disponibles, y eso sin duda es una ventaja. «Es uno de los partidos más importantes en la historia del club», dijo, recordándonos que aunque estamos ante un reto monumental, el equipo sigue creciendo y evolucionando. La ilusión por alcanzar un objetivo histórico se siente en el aire; jugar esta final es como cumplir un sueño guardado desde hace tiempo.
El orgullo del técnico es palpable al hablar de lo que representa este partido no solo para él, sino también para toda la ciudad y sus aficionados. «Ver que se logra sería cumplir un gran objetivo», afirmó con firmeza. Este sentimiento colectivo se transforma en una fuerza poderosa cuando se trata de enfrentarse a las adversidades.
Pese a no haber logrado ganar el primer encuentro, Paunovic ve esto como un motor adicional para su equipo: «Esa circunstancia es favorable; nuestro objetivo es claro y no hay lugar para especulaciones». En sus palabras resuena una confianza inquebrantable; son partidos donde deben controlar todo desde la seguridad, aplicar agresividad y mantener una buena organización.
Para él, cada jugador es esencial y compara este encuentro crucial con una final de Champions: «La necesidad no debe generar preocupación, sino motivación». Quiere que este partido quede grabado en su carrera como algo memorable. Además, no olvida mencionar a esa afición que empuja al equipo hacia adelante: «La afición será una caldera, un ambiente incondicional de apoyo».