La Festa del Flexas se ha ganado su lugar como un evento de interés municipal, pero no todo es alegría en esta celebración. Este año, la fiesta nos recuerda que hay normas no escritas que parecen más propias de una élite que de una comunidad. En lugar de unirnos, estas reglas nos dividen y ponen en evidencia un clasismo que muchos preferiríamos ignorar.
¿Y la Diversidad?
Mientras tanto, desde Mallorca nos llegan noticias preocupantes: agresiones homófobas y detenciones por la violencia desatada. ¿Es esto lo que queremos para nuestras fiestas? Las celebraciones deberían ser un refugio de alegría, no un campo de batalla donde se tiran a la basura los valores fundamentales de respeto y diversidad.
Además, los excesos de algunos viajes de estudios están llevando a situaciones absurdas, como fiestas dentro de supermercados. ¿En serio? Esta nueva modalidad parece más un chiste mal contado que una verdadera fiesta. Formentera enfrenta multas por montañas de residuos; es un recordatorio triste del impacto del monocultivo turístico en nuestra tierra.
El debate sobre el uso del catalán en las escuelas también sigue presente. Tres centros concertados han decidido alzarse junto a la Assemblea de Docents para defender nuestra lengua frente a ataques claros. Y mientras tanto, el PP y Vox aumentan presupuestos destinados a cuestiones lingüísticas sin pensar realmente en el bienestar comunitario.
Así estamos: entre festividades llenas de contradicciones y decisiones políticas cuestionables. Y tú, ¿qué coca prefieres para Sant Joan? Reflexionemos juntos sobre lo que realmente queremos celebrar.