La situación en Francia ha dado un giro inesperado. Pornhub, YouPorn y RedTube han decidido bloquear su acceso en el país galo, y no porque haya habido un fallo técnico. No, esto es mucho más que eso. Estas plataformas están levantando la voz contra una nueva ley que obliga a verificar la edad de los usuarios a través de métodos como el DNI o incluso un selfie. Así, lo que se ha denominado un pornoapagón está causando estragos.
Un aumento masivo del uso de VPN
Como era de esperar, este movimiento ha llevado a muchos franceses a buscar alternativas para sortear esta restricción. En cuestión de horas, el uso de VPN se disparó más de un 1.000%. ProtonVPN registró una avalancha de nuevos usuarios ansiosos por recuperar su acceso a estos contenidos.
La Autoridad francesa de regulación audiovisual (Arcom) lanzó un ultimátum: las plataformas tenían hasta abril para implementar sistemas robustos que impidieran el acceso a menores. Sin embargo, estas grandes plataformas consideran que la exigencia es excesiva y desproporcionada; para ellos, pedir documentos oficiales o fotos del gobierno es una invasión total a la privacidad.
A partir del 4 de junio, si intentabas acceder te encontrabas con un mensaje claro: “La libertad no tiene un botón de off”, acompañado por la figura simbólica de la Libertad guiando al pueblo. Un acto valiente que refleja cómo algunos piensan que nuestra privacidad debería ser sagrada.
Ahora bien, ¿podría pasar algo parecido en España? El Gobierno ya está trabajando en una solución similar desde el verano del 2024: una app llamada Cartera Digital Beta diseñada para generar credenciales anónimas y así demostrar que uno es mayor sin necesidad de dar datos personales.
Este sistema, conocido coloquialmente como “pajaporte”, funcionará mediante códigos QR generados por el DNIe o certificado digital. La idea es permitir el acceso controlado pero sin sacrificar nuestra información personal en el camino. Aunque aún falta certificar oficialmente este sistema por parte del Centro Criptológico Nacional, ya hay quienes están preocupados por lo que puede venir.
Aquí nos preguntamos: ¿estamos dispuestos a sacrificar nuestra libertad digital? La discusión está abierta y somos nosotros los que debemos decidir hacia dónde queremos dirigir este barco.