En una jornada marcada por la reflexión sobre el futuro de nuestra ciudad, el alcalde de Palma, Jaime Martínez, ha compartido una cifra que no deja indiferente a nadie: alrededor de 600 personas están viviendo en diferentes asentamientos diseminados por la capital. Durante su intervención en el Debate del Estado de la Ciudad, Martínez afirmó con claridad: «Sólo con datos objetivos podremos abordar este problema y ser eficientes a la hora de dar respuesta». Estas palabras subrayan la necesidad urgente de actuar ante una situación que muchos prefieren ignorar.
Censo y desalojo: una realidad difícil
El censo, que se encuentra en marcha, pretende conocer no solo los lugares donde estas personas residen, sino también las circunstancias personales que enfrentan. Aunque el alcalde no lo mencionó abiertamente, es alarmante saber que entre esas 600 almas hay aproximadamente 150 personas viviendo en la antigua cárcel, un lugar que ha sido transformado en un gran asentamiento. El Ayuntamiento ha comenzado ya el proceso para notificar los desalojos, algo que está bajo la supervisión de un Juzgado. ¿Y qué pasará después? Se prevé levantar viviendas o algún tipo de recurso habitacional allí.
Además, hemos conocido que el Ayuntamiento no solo se centra en estos asentamientos. También ha echado un vistazo a las autocaravanas, contabilizando unas 156 (algunas incluso vacías) repartidas por zonas como Son Hugo y Son Güells. Este análisis integral refleja una preocupación creciente por las condiciones de vida en nuestra ciudad.
Aunque esta realidad sea dura, hay destellos de esperanza. En su discurso, Martínez anunció planes para ampliar el servicio de acogida a corta estancia con 30 nuevas plazas. Además, se impulsará un proyecto específico para ayudar a mujeres sintecho y madres solas vulnerables. La lucha continúa; es momento de unir fuerzas y dar voz a quienes más lo necesitan.