Este sábado por la tarde, un nuevo episodio de violencia estalló en la antigua cárcel de Palma. Todo ocurrió alrededor de las 19:30 horas, cuando dos hombres que residen en este peculiar lugar comenzaron a discutir. Una cosa llevó a otra, y lo que empezó como un cruce de palabras terminó convirtiéndose en un enfrentamiento físico que dejó huellas más allá de lo material.
Uno de los hombres, un colombiano de 32 años que ha estado viviendo en Mallorca durante nueve meses, decidió que lo mejor era prender fuego a las pertenencias del otro. Con un simple mechero, el caos se desató; incluso una torre de vigilancia del antiguo recinto penitenciario quedó devorada por las llamas. ¿Hasta dónde vamos a llegar? Esto no es solo una pelea más; es una señal preocupante sobre lo que ocurre tras esos muros.
Una situación insostenible
Afortunadamente, varios testigos no se quedaron callados y alertaron rápidamente a los equipos de emergencias. La Unidad de Intervención Inmediata (UII) de la Policía Local llegó al lugar casi al instante. Tras hablar con ambos hombres involucrados, los agentes detuvieron al agresor, quien ya había sido arrestado en otras tres ocasiones solo esta semana. ¿Qué está pasando aquí?
La vida dentro de esas paredes no parece fácil para nadie y estos episodios son solo una muestra más del monocultivo turístico que muchas veces olvidamos mirar. Es hora de reflexionar sobre cómo estas situaciones afectan a nuestra comunidad y qué podemos hacer para evitar que se repitan.