La tarde se tiñó de verde en la Llotja cuando un grupo de personas decidió alzar su voz y sus camisetas como símbolo de protesta. Fue un momento vibrante, donde el acuerdo entre PP y Vox se convirtió en el blanco de críticas contundentes. La tensión era palpable, con muchos ciudadanos preocupados por el rumbo que está tomando nuestra comunidad.
El eco del descontento
“No tenemos miedo. Esto no termina aquí”, afirmaron con determinación los miembros de la Xarxa Educativa per la Llengua, dejando claro que están dispuestos a seguir luchando por sus derechos. Y es que, en cada rincón se siente la frustración ante decisiones que parecen tirar por la borda años de esfuerzo y lucha cultural.
Antoni Vera fue otro de los protagonistas del día, recibiendo dardos tanto desde la oposición como desde las voces más críticas del público. “Las líneas rojas del PP tienen patas; cada vez que lavamos la ropa, perdemos algo más”, decía uno de los asistentes, reflejando una realidad que muchos sienten a flor de piel.
No se trataba solo de un acto político; era una manifestación del alma colectiva que no quiere dejarse arrastrar por intereses ajenos. En medio del bullicio, María de la Mar Bonet resonó con fuerza: “Quieren quitarle el alma a nuestro pueblo”. Palabras que calaron hondo entre quienes allí estaban.
A medida que avanzaba el evento, quedó claro que la lucha apenas comienza y que el compromiso por preservar nuestra identidad sigue firme. ¿Estaremos dispuestos a seguir defendiendo lo nuestro? La respuesta parece clara: sí.