Las asociaciones de familias no se quedan calladas y han decidido plantar cara al reciente acuerdo entre PP y Vox, acusándoles de mercadejar con la educación de sus hijos. En un mundo donde cada vez es más evidente que los valores educativos están en juego, estas voces se unen para recordar a todos lo que realmente importa: el futuro de nuestros niños.
Manuela Cañadas, de Vox, ha encendido aún más los ánimos con sus teorías sobre el català, afirmando que «todos sabemos que la lengua mallorquina es anterior a la catalana». Este tipo de declaraciones solo alimenta la división y confusión en un momento crítico. Mientras tanto, los directores de Primaria se han plantado firmes en su primera reunión con Educación, luciendo camisetas verdes como símbolo de protesta.
La lucha por una educación digna
No podemos ignorar lo que está pasando. La comunidad educativa siente que esto es una amenaza real; las palabras del director de uno de los centros reflejan esta preocupación: «¿Hasta dónde vamos a llegar? No podemos permitir que nuestra enseñanza se convierta en un juego político». Su frustración resuena entre muchos padres que temen ver cómo sus esfuerzos por ofrecer a sus hijos una educación sólida pueden verse arruinados por intereses ajenos.
Incluso hay quienes han llegado al límite; como uno de los correctores de las pruebas de acceso a la universidad, quien confesó: «Ya no sabía qué revisaba. Em ploraban els ulls». Es un claro signo del desgaste emocional y profesional que esto está generando.
Las ciudades dependientes del turismo deben abrir los ojos; si seguimos así, el monocultivo turístico podría llevarnos a una muerte lenta. La sociedad necesita ser escuchada y hoy más que nunca debemos unir fuerzas para proteger lo que realmente importa: la educación y el futuro.