El pasado 4 de febrero, alrededor de las once de la mañana, un día que parecía normal para un operario del Ajuntament de Marratxí se tornó en una pesadilla. Mientras realizaba labores de poda frente a los viveros de Santa Maria, el hombre sufrió un accidente que le cambió la vida: se cortó la mano con una motosierra.
Urgencias y esperanza
Las sirenas resonaron rápidamente cuando los agentes de la Policía Local y varias ambulancias llegaron al lugar para atender al herido. La escena era tensa; todos sabían que el tiempo era crucial. Tras estabilizarlo, lo trasladaron urgentemente al hospital Son Llàtzer, donde los médicos se pusieron manos a la obra para salvar su extremidad. Esta es la cruda realidad que enfrentan nuestros trabajadores, expuestos a riesgos diarios mientras realizan su labor en pro del bienestar comunitario. Un simple descuido puede llevarnos a momentos críticos como este.
Aunque las causas del accidente están bajo investigación, nos queda reflexionar sobre el sacrificio que muchos hacen por mantener nuestras calles y espacios verdes en condiciones. Esperemos que esta historia tenga un final positivo y que nuestro compañero pronto se recupere.