Imagina esa imagen que nos deja sin aliento: inmigrantes forzados a embarcar en un avión, uno tras otro, engrillonados. Algunos llevan cadenas en las manos y los pies, como si fueran criminales peligrosos. Esa obsesión por mantenerlos encerrados no se puede borrar fácilmente de nuestra mente. Pero hoy quiero hablarte de algo más profundo, de la inquietante vuelta de esos ogros, esos monstruos legendarios que parecían haber quedado atrás pero que ahora se presentan con toda su fuerza.
La sombra del poder regresando
Los ogros no son solo criaturas de cuentos; han tomado nuevamente el control en diferentes partes del mundo, extendiendo sus tentáculos desde Estados Unidos hacia Europa y más allá. ¿No es hora de decirlo abiertamente? Hubo un tiempo no muy lejano en el que estos seres dominaron nuestras vidas, aplastaron sueños y persiguieron a quienes se atrevían a ser diferentes. Asesinaron a los que se les oponían y destruyeron ciudades enteras.
A los jóvenes hay que recordarles la importancia de defender las libertades que aún nos quedan. Porque sí, los ogros están volviendo. Algunos dirán que siempre han estado ahí, escondidos en rincones oscuros, esperando su oportunidad para encadenar a quienes obstaculizan su sed insaciable de poder.
Ahora han comenzado por los inmigrantes, pero ¿quién será el siguiente? La historia está llena de relatos sobre estos seres aterradores; incluso el origen del término viene del latín ‘Orcus’, dios del inframundo. En esos relatos populares encontramos versiones inquietantes donde los monstruos son invulnerables mientras oculten su corazón -y ese corazón representa lo más valioso que tenemos: nuestra humanidad.
Pensamos en cuentos como el del Minotauro o Barba Azul, personajes cuyas historias reflejan la violencia y la opresión ejercida sobre los vulnerables. La nueva cara del ogro moderno es el dictador contemporáneo; cada decreto firmado es un golpe directo a nuestras libertades.
No podemos permitirnos mirar hacia otro lado mientras estos crímenes contra la humanidad suceden ante nuestros ojos. Es crucial hablar con las nuevas generaciones sobre cómo estos totalitarismos pueden seducirnos. Porque dentro de cada uno podría haber un pequeño ogro esperando salir a la luz.
Mira bien dentro del espejo: ¿qué ves? No te atrevas a besar tu propia imagen sin antes reflexionar sobre lo que eso implica.