Era una noche más en Palma, cuando un grupo de mujeres se encontraba disfrutando de la música y la diversión en una sala de fiestas. Sin embargo, lo que prometía ser un momento inolvidable se tornó en una escena de violencia inesperada. Todo comenzó cuando, tras una discusión acalorada, una mujer golpeó a otra con una botella en la cabeza. El resultado fue devastador: la víctima terminó con una herida sangrante en la ceja derecha que requeriría puntos de sutura.
El caos desatado
La policía recibió el aviso a primera hora del lunes, alertando sobre esta pelea entre varias mujeres cerca de la calle Joan Miró. Al llegar las patrullas al lugar, un agente fuera de servicio ya había presenciado el tumulto. La situación era tensa; los testigos estaban confundidos y empezaron a rodear a un joven vestido con camiseta negra, creyendo erróneamente que él había sido el agresor.
No obstante, los agentes actuaron rápidamente para calmar los ánimos. Entre tanto revuelo, lograron identificar a la verdadera autora del ataque y entablaron conversación con ella. Mientras tanto, los servicios sanitarios llegaron al lugar para llevarse a la herida hacia el hospital; su estado requería atención urgente.
Así fue como una noche destinada al disfrute terminó con una detención por delito de lesiones. Lo triste es que estas situaciones pueden arruinar no solo momentos especiales, sino también vidas enteras. ¿Qué nos está pasando? No podemos permitir que nuestras celebraciones se conviertan en campo de batalla.

