En una mañana cualquiera del 16 de diciembre, un hombre rumano de 30 años pensó que podía salir airoso de una situación complicada. Pero no contaba con que los agentes de la Policía Local de Palma estaban al acecho. Este individuo, para intentar despistar a las autoridades y evitar su ingreso en prisión, se hizo pasar por su propio primo. ¿El problema? Las mentiras tienen patas cortas.
Una detención inesperada
Todo comenzó alrededor de las 11:20 horas en la Carretera de Valldemossa. Una patrulla del Equipo Comunitario de Proximidad (ECOP) decidió parar un vehículo que mostraba signos evidentes de irregularidades: ni seguro, ni carnet, ¡y mucho menos ITV! Al solicitarle al conductor la documentación, este no pudo presentar nada y rápidamente lanzó el nombre de su primo como si eso fuera suficiente.
Pero durante el registro del coche, los agentes encontraron documentos que no cuadraban. Entre ellos, una tarjeta del TIB y un DNI rumano que revelaron más parecidos con el detenido que con su supuesto primo. Tras un interrogatorio más exhaustivo, nuestro amigo acabó confesando su verdadera identidad y admitió haber inventado esa historia porque carecía del permiso para conducir.
Así fue como terminó arrestado y trasladado a dependencias policiales donde se confirmó que realmente había una orden en vigor para su ingreso en prisión debido a un quebrantamiento anterior. El vehículo, claro está, fue enviado al depósito municipal mientras se iniciaban las diligencias correspondientes para llevarlo ante el juzgado.
Hoy nos encontramos ante un caso más que evidencia cómo algunos intentan jugar al despiste pensando que todo les saldrá bien. Este hombre enfrenta ahora serias acusaciones: falsedad documental por usurpación de estado civil y otro delito contra la seguridad vial. Y así queda demostrado una vez más que tratar de engañar a la ley tiene sus consecuencias.

