El pasado sábado, la tranquilidad de una vivienda en Palma se rompió por completo. Una mujer, con el corazón encogido y el cuerpo herido, llegó al hospital tras ser apuñalada por su novio. La Policía Nacional no tardó en actuar y detuvo al hombre de 56 años, que ahora enfrenta acusaciones graves por intento de homicidio.
Todo comenzó cuando la víctima, también española y con la misma edad, decidió contar su horrorosa experiencia. Durante días había estado atrapada en casa sin poder salir. Ese fatídico sábado, el agresor cerró con llave la puerta, tomó un cuchillo de la cocina y desató su ira sobre ella, hiriéndola en brazos, espalda y manos. Fue un forcejeo desgarrador que pareció no tener fin hasta que ella logró escapar y pedir ayuda a un familiar.
La llegada de la policía y las consecuencias
A las pocas horas del incidente, varias patrullas llegaron a la escena del crimen. Lo que encontraron fue impactante: el jardín tenía la verja abierta y al tocar repetidamente la puerta, el presunto agresor apareció visiblemente alterado. Reconoció lo sucedido sin dudarlo; era como si esa noche hubiera quedado marcada para siempre en sus memorias.
Los agentes encontraron el cuchillo incriminatorio en la cocina y procedieron a arrestar al hombre mientras comenzaba una investigación exhaustiva por parte de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM). Curiosamente, no había denuncias previas que alertaran sobre este comportamiento violento.
No podemos quedarnos callados ante situaciones así. Es esencial que nuestra comunidad esté alerta porque nadie debería vivir con miedo dentro de su propio hogar.

